miércoles, 25 de agosto de 2010





A veces, cuando nadie me ve, suelo quedarme en un rincón de la escena, observo a mis amigos reír, e imagino por un momento si nunca los hubiese conocido.
¿Que cosas cambiarían de las que están pasando en ese instante?,
¿Sentirán la ausencia de lo que pudo ser y lo que fue?,
Incluso si no estaría solo por ese momento, ¿que habría sucedido esa noche sin mí?
Luego me imagino sin vida, sin haber nacido, siendo la nada, y extraño ese momento imperturbable.
O tal vez me pienso naciendo en otro país con otra familia, con otras culturas, otro pensar, distintas atmosferas cotidianas rodean mi mente por diferentes lugares.
Quizás un loco o un linyera, o vendiendo diarios en Paris, viviendo en algún suburbio sombrío y solitario, o robando bancos en New York, comiendo comida chatarra y perdiéndome las deliciosas páginas de los libros, o porque no conviviendo con otros amigos, entre lujos y mansiones, en una playa de esas cristalinas tomando Dom pérignon, o solo pescando en el medio del océano, disfrutando de mi admirado sol.
Entonces regreso a la escena, mis amigos ya no ríen y me observan, me dicen que soy un colgado.
Pienso para mis adentros que la nada puede esperar un rato más, siento que mi vida no puede estar mejor sin ellos.
No digo nada, solo sonrió... la noche continúa...



Schopenahuer.- A veces.

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